viernes, 12 de junio de 2009
A nadie se le escapa que la situación de la sierra es una situación muy distinta a la que, en un principio, comenzó con las Escrituras de Concordia. La plasmación del acuerdo entre la Duquesa de Medinaceli y los pueblos de Castellar, Santisteban y Navas, debido a la escasez de trabajo y alimentos de aquellos años, ha pasado a convertirse en un recreo de los vecinos de los tres pueblos.
Tampoco se le escapa a nadie que no todos los vecinos podemos disfrutar de los parajes y maravillas otorgadas por los Duques de Medinaceli en la misma situación, algo que podemos entender, ya que el derecho a la caza es un derecho que ha ido abriendo paso a las necesidades colectivas que antes estaban presentes.
A partir de ahí, empiezo a diferir en que las administraciones locales –me da igual de qué signo político- hayan ido otorgando derechos a las sociedades de caza que no les corresponden, derechos inalienables del conjunto de la población de estos pueblos.
En mi opinión, opinión que no tiene por qué coincidir ya que es legítimo, las sociedades de caza deberían dedicarse a organizar la caza simplemente porque es su derecho, y las administraciones locales a negociar y firmar compromisos y acuerdos que competen a todos los vecinos de un pueblo (cazadores de caza mayor y menor, pescadores, visitantes, jornaleros, etc.) En definitiva, la obligación de las administraciones locales es la de salvaguardar los derechos de todos los ámbitos sociales que engloban el carácter público, sin discriminación a ninguna de las partes.
También me pongo en la piel de aquellos que pagan una cuota para ejercer su derecho a la caza, algo que siempre se ha mantenido, pero matizando solamente el derecho a la caza, dentro de su campo de acción y sin invadir los derechos de los demás vecinos, derechos que, en mi opinión, la administración local también debe preservar.
Situándome en el ecuador, nuestra sierra, parte inconfundible de Sierra Morena, es algo más que un lugar de caza, pesca, ocio y entretenimiento, es un tesoro que nos corresponde a todos y que entre todos debemos guardar.
6 comentarios:
No soy cazador pero me gusta la sierra, siempre he soñado en adentrarme en ella y poder disfrutar del ecosistema por supuesto siempre cuando llege el buen tiempo. Al ser como tu dices que la sierra es de todos, habria alguna posibilidad de disfrutar de este sueño.
La sociedad de cazadores tiene derecho a gestionar la caza aunque también entiendo con los límites establecidos en los estatutos.
Los cazadores cuidamos de la sierra y no tiene porque venir el ayun a meterse por medio.
pienso que al monistrar el ayunta las llaves de las cadenas de los carriles hay mas traspariencia porque nadie nos fiamos de nadie la caza es un delicioso manjar.
Soy cazador, nunca mejor dicho.Las normas son para todos y todos debemos cumplirlas a rajatabla, y el que se las salte que lo page. Y si hay privilegios tambien deben de ser para todos.
Gracias, al buen hacer del ayuntamiento por hacer que triunfe la democracia y la trasparencia en la sierra y de esta manera tener todos las mismas posibilidades de disfrutar de un trofeo y de devolvernos la ilusion.
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