lunes, 22 de junio de 2009
Desde el siglo V antes de Cristo, las Cuevas de la Lobera se convirtieron en lugar de peregrinación, adoración y ofrenda de miles y miles de fieles que buscaban su “sanación física y emocional” adorando y ofrendando sus exvotos a divinidades sanadoras, la luna o la diosa de la fertilidad.
Su ubicación entre los Valles de Guadalén y Guadalimar, por la llamada Vía Heráclea, convirtió las Cuevas de la Lobera en un sitio donde desembocaban los caminos de peregrinación, de ahí su concurrida presencia de fieles. La peregrinación desde lugares remotos a nuestra comarca convirtió este “lugar santo” en uno de los más importantes centros de peregrinación íbera, donde los exvotos y piezas íberas que los fieles ofrecían se iban acumulando en las postrimerías del santuario íbero, donde el tiempo ha sido el encargado de ir ocultando tan importante y enigmático legado de Castellar.
Oculto durante muchos años, fue en el año 1895, cuando Tomás Román Pulido (principal coleccionista y promotor del mercado de exvotos íberos de nuestras cuevas) comenzó con la expoliación realizando numerosas ventas. En 1914, la Junta Superior de Excavaciones, intentó realizar unos estudios y excavaciones dirigidas por Ignacio Calvo, pero sin frutos debido a la presión de los propietarios de los terrenos y a los continuos expolios de los vecinos.
Ya, a mediados de los años 60, por medio de Gerard Nicolini, se retoman los trabajos de investigación, sufragados por la Casa Velázquez y, más tarde, a mediados de los 80 en colaboración con el Colegio Universitario de Jaén, se realizarán tres campañas más, dando como fruto, las informaciones más relevantes que hoy poseemos sobre las Cuevas de la Lobera.
Actualmente los trabajos de limpieza del acceso por el depósito del agua y de las propias cuevas, han dejado a la luz detalles que hacía muchos años estaban cubiertos por la maleza, y que hoy permiten que su visita sea más cómoda y más agraciada para la vista.
Las Cuevas de la Lobera poseen, sin duda, una historia mucho más amplia e interesante y actualmente ocupan un lugar e icono inconfundible de Castellar, un tesoro íbero que no se ha sabido explotar y que como bien dice mi buen amigo, Lucas Rubio, todavía guardan el aroma y ambiente espiritual de hace cientos y cientos de años. Además hoy, con ayuda de la Administración, del Ayuntamiento y, como no, de todos los vecinos, se puede estar dando el primer gran paso para situar a nuestras Cuevas de la Lobera en el lugar que siempre han debido ocupar.
7 comentarios:
Pedro enhorabuena por el reportaje, me hace ver que las Cuevas de la Lobera tienen mas importancia que la que los mismos castellariegos le damos.
La verdad que no sabemos valorar lo que tenemos. Yo mismo he pasado cientos de veces por ahi, y nada. Sin embargo viendo las fotos todo cambia mi mujer ya me esta comentando de ir a verlas.
los exvotos estan repartidos por museos de toda españa¿para cuando una petición formal de devolución desde el poder consistorial?.salud KNB
Es verdad que la mayoría de los exvotos están fuera del pueblo, debido mayormente a la expoliación y posterior venta. No se en qué puntos nos amparará la Ley para el retorno de algunos de esos exvotos. Una muy buena idea para comenzar a informarse y dar pasos para ello.
Una observacion si me lo permitis. Pienso que una vez hecho el camino hasta la cuevas de la lobera, se podria prolongar un poco hasta el cementerio, y de esta forma las personas que van andando, se ahorrarian andar sobre el filo de la carretera, y el peligro que tiene. saludos.
Una muy buena propuesta. Se podría barajar para próximas subvenciones. Evitaríamos un peligro innecesario. Gracias.
Hola, verás estoy realizandop un trabajo sobre el Condado, y andamos pro la parte de las cuevas...y esas fotos son geniales. ¿podrías prestarnoslas para el trabajo? Estaríamos muy agradecidas.
Gracias, mi correo es Theincredibleyuna@gmail.com
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