GOBIERNO Y OPOSICIÓN

domingo, 30 de octubre de 2011

Con motivo de uno de los escritos que nos envía a la Oposición el Alcalde de Castellar, como contestación a una de las numerosas solicitudes de información que enviamos al Gobierno Municipal, se me ha ocurrido escribir un post sobre lo que pienso y sobre lo que está ocurriendo, a rasgos generales, entre Gobierno y Oposición Municipal en Castellar.
Para que nos entendamos perfectamente, en la referida petición de información solicitamos “los controles realizados por la Concejalía y el personal responsable de un trabajador del Ayuntamiento, desde el primer día del contrato, verificando el lugar, las horas de trabajo realizadas hasta la fecha,…”. Ver documento:



La contestación del Alcalde, primero mediante una Resolución de la Alcaldía y, posteriormente, mediante un “Informo”, se resumen en que “por parte de éste Ayuntamiento y del personal responsable, se controla periódicamente a todos y cada uno de los trabajadores,…”. Además solicita a la Oposición que “comunicáramos de donde obtuvimos la información acerca del contrato de este señor para depurar posibles responsabilidades, al observarse que se pueden estar incumpliendo preceptos, tanto del Código Penal como de la Ley de protección de datos de carácter personal”. Ver documento:



Este contrato se refiere al contrato del hermano del actual Alcalde, que él mismo realizó, por un mes, en el vertedero municipal y que, por cierto, tenemos dudas fundadas de que los primeros 8 ó 9 días estuviera trabajando en alguna dependencia municipal. Sí podemos asegurar que no ejerciendo el trabajo para el que ha sido contratado, es decir, en el vertedero municipal.

Cuando preguntamos esta situación en el Pleno, nos ocultaron esta información de una forma bastante inusual. El Alcalde decía desconocer el tema, incluso después de que sus concejales/as afirmaran esa contratación.

Debemos ser conscientes de la gravedad de falsear una información nada menos que en Sede Plenaria Municipal, o sea cuando el Pleno está constituido y con vecinos y vecinas de Castellar presentes, aún más, cuando todo lo que allí se dice se debe contemplar en un Acta.

¿Creéis que no había motivos suficientes para preguntar por escrito sobre este tema? Pues ahí está la pregunta y he ahí la respuesta.

Y es que, personalmente, creía que la labor del Gobierno Municipal era esa, la de gobernar y no de hacer oposición a la oposición, como actualmente están realizando desde el Equipo de Gobierno. Sinceramente creo que piensan haber adquirido un bien en propiedad y que, ese bien, es el Ayuntamiento, el cual se gestiona bajo unas normas que solo ellos conocen y que solo ellos llevan a la práctica. Algo inusual en casi la mayoría de Ayuntamientos de España.

Como nota característica me gustaría señalaros que en la anterior legislatura cualquier documento con registro de entrada y, y, aún más de salida, era supervisado e incluso redactado desde la propia Secretaría e Intervención del Ayuntamiento. Nosotros, como Equipo de Gobierno anterior, no enviamos ni un solo documento por nuestra cuenta sin ser supervisado por la persona que interpreta las leyes, las da a conocer y, por tanto, las pone en práctica. Pues bien, actualmente desde la Secretaría, no se supervisan todos los documentos que el Equipo de Gobierno envía, entre otros, a la Oposición, los cuales redactan bajo su criterio personal y bajo su propia interpretación. Algo muy preocupante y que denota la falta de responsabilidad y fiabilidad de todo un Equipo de Gobierno de un Ayuntamiento por no utilizar los medios legales que tenemos a nuestra disposición. Cierto es que no siempre les interesará conocerlos.

Esta situación podría causar problemas muy graves al Ayuntamiento, pero también a los ciudadanos y ciudadanas que, bajo un documento que probablemente no está redactado por el Alcalde y firmado por él, ponen toda su confianza y tranquilidad en que “ese” es el marco legal del Reglamento de Funcionamiento y Organización de las Entidades Locales, entre otros, cuando solamente es una carta firmada por un Alcalde en un despacho que parece más propio de amiguetes y a los que se les ocurre poner “no sé qué cosa” y enviarla al que pregunta, propone y solicita, poniendo su confianza en ellos y ellas, que se ve ampliamente defraudada. No es a la Oposición que pregunta, representando a la casi la mitad de los Castellariegos, a quien defraudan en realidad, es a los vecinos y vecinas de nuestro pueblo.

No es este que hemos mencionado el primer caso que nos ocurre, aunque sí el más reciente y, por eso, lo hemos puesto de ejemplo.

Entre otras muchas cosas, esto no es gobernar un Ayuntamiento. La palabra “Gobierno” ocupa un sentido mucho más amplio, mucho más serio y mucho más responsable.

Afortunadamente, todos y todas ya hemos advertido que el PP de Castellar ha traído otra nueva forma de hacer política: su política familiar y de amiguetes, de cafetería, de representación, de fachada,… pero con unas “entrañas” y un interior gris y lejos de lo que se denomina “gestión pública”. Es decir, de gestión interna, “nada de nada”. Os lo puedo asegurar con conocimiento de causa.

Mientras tanto, desde el Grupo Municipal del PSOE de Castellar seguiremos haciendo “Oposición”, que es donde nos han puesto los ciudadanos y ciudadanas. Lo grave de esto es que a aquellos que votaron para Gobernar y Gestionar, los unos/as, andan despistados por los pasillos del Ayuntamiento, mientras otros/as se pasean por las calles del pueblo viéndolas venir y creyendo que la política local es así de fácil, mientras los proyectos, los ingresos y las rentas del anterior Equipo de Gobierno, se van diluyendo . En este caso, puedo decir “alto y claro” que, ni de lejos, se están ganando ese gran sueldo que ellos mismos se pusieron y que los castellariegos y castellariegas les estamos pagando de nuestros propios impuestos.

Digamos que ellos “juegan a gobernar”, en lo que a veces parece una parodia, mientras otros actuamos y trabajamos con responsabilidad en la oposición. Curiosamente y para asombro nuestro ahora también parecen querer “jugar a ser Oposición”. Pues nada, ¡ánimo!.