OPINIÓN SOBRE EL CASO DEL ALCALDE DE PONFERRADA

lunes, 11 de marzo de 2013

        Sobre el caso de la alcaldía de Ponferrada quiero hacer unas cuantas reflexiones como un ciudadano de a pié, como un militante de base,  independientemente de que considere que han fallado los mecanismos de control de mi partido. Sin embargo, cuando esto es importante, y creo que la gran mayoría de socialistas coincidimos en ello, me parece interesante, en estos momentos, en que tanto se duda de determinados políticos  y del funcionamiento de los partidos, exponer lo siguiente:

          1º/ Debemos partir de la base fundamental de que no se puede llegar al poder con el apoyo de ningún acosador sexual ni con el apoyo de ningún personaje parecido. Es inadmisible, independientemente de todo lo que ocurra alrededor de esta circunstancia.

         2º/  Los concejales de Ponferrada, esos que han abandonado el PSOE antes de que los expulsaran y antes de dejar sus actas correspondientes, anteponiendo el poder a cualquier cosa, se han debido creer que a ellos, en un sistema de listas cerradas, les han elegido solo por su nombre, sin pensar que se presentaron bajo las siglas del PSOE y amparados por ellas, por su programa y con el dinero  público que pagamos de alguna manera los ciudadanos y el propio partido por el que se presentaron. Luego, por tanto, sus actas de concejales, de alguna manera, son "propiedad" del PSOE. Otra cosa será el día que existan las listas abiertas. Ahora no. Mientras estos señores demuestran que su único interés es puramente personal.

            3º/ Este es un claro ejemplo de hasta qué punto los ciudadanos y ciudadanas hoy mantenemos unos ideales o nos sentimos identificados con la historia y el ideario de un partido político como el PSOE, donde la memoria de tantos miles y miles de militantes y de socialistas en todas las épocas, algunos de los cuales han sido incluso mártires de sus ideas, ha quedado manchada por quienes se aprovechan de unas siglas centenarias para obtener el poder personal. Evidentemente el socialismo y el partido en sí les interesaba un pimiento, con lo que percibo una crisis y fuerte de ideales. Es cuestión de ética política y personal.

         4º/ Es urgente que en nuestro partido y en todos los partidos políticos, se impongan verdaderos sistemas democráticos de promoción entre los militantes y que ésta no se base en ser amigo de amigos, y en promociones de golpecitos en la espalda y arrulladores de turno. Es necesario que lleguen los más cualificados y no los que más contactos tengan, a los órganos personales y colegiados del partido. En el mío y en todos. Cuestión de igualdad de oportunidades y de justicia que, estoy seguro, redundaría en un beneficio a la política y a los propios ciudadanos y ciudadanas.

     Difícilmente devolveremos la confianza de los ciudadanos en la política con actuaciones como éstas. El PSOE, antes que ningún otro partido, debido a su larga historia y trayectoria de honradez,  debe ser garante de conductas éticas y honestas, donde no caben personajes como los de Ponferrada.