LA TRANSICIÓN Y LA CRISIS

sábado, 18 de febrero de 2012

La derecha está aprovechando la crisis, con la inestimable ayuda de los gobiernos más recalcitrantes de Europa, para conseguir dar la vuelta a todo lo que fue y significó la Transición en España. Sí, esa misma Transición en la que se paseaban y jaleaban pancartas que decían “¡¡Libertad y Derechos!!”. Sin duda alguna, hoy vuelvo a mirar los libros de historia: vamos andado pasos atrás hacia aquella época. Al menos, esa es mi percepción.


Si se consiguió que no hubiese supremacía de ningún poder económico, social o religioso sobre la soberanía popular y sobre la ciudadanía en general, esto hoy, se está anulando paulatina y sistemáticamente.

Con la excusa de la crisis se están minando muy seriamente todas las conquistas sociales e incluso algunos de los derechos más básicos. La Sanidad Pública, la Educación Pública, la igualdad de oportunidades (por ejemplo, las becas), los derechos más elementales de los trabajadores (con una reforma laboral que nos lleva 35 años atrás), la dependencia de nuestros mayores y personas necesitadas (hoy, pendientes y expectantes de ver qué hacen con ell@s), la igualdad de la mujer (tan trabajada por el PSOE y tan necesaria), derechos civiles individuales y colectivos y un largo etcétera, son los llamados “recortes” que no lo son tanto sino, en algunos casos, desaparición total de lo conseguido en estos años de Democracia.

Los ataques al paro agrícola en Andalucía, enfocados desde una parte u otra, intentando desacreditar esta parte fundamental de sustento de las familias andaluzas, conducirán, si nadie lo remedia, en un plazo no muy largo a su desaparición o debilitación, al igual que se hará con las prestaciones por desempleo. Y esto sí que es grave.

La apropiación de una parte del discurso, se queda solo en eso “discurso”, de sectores centristas o, al menos, progresistas, lleva a la confusión y al engaño al ciudadano y al electorado.

Las victimas son ya y serán más aún, sin duda, aquellos sectores peor situados en nuestra sociedad. Mientras resurgirán, en todo su esplendor, al desaparecer determinadas parcelas de igualdad, aquellos segmentos mejor situados y que dispusieron, disponen y dispondrán de importantes rentas de capital.

Sin duda, todo parece indicar que quieren volvernos a la época de la caridad y despojar a la sociedad civil de sus derechos, su conciencia y sus pensamientos. Todo ello es fácilmente apreciable dada la inexplicable paralización de la sociedad y su escasa movilización ante temas tan trascendentales para nuestro futuro como estos de los que os hablo.

Después de esto vendrá, ya ha empezado, la desconfianza en las políticas y en el sistema, y el ciudadano o ciudadana abandonará incluso el derecho al voto, obviando que la política (bien utilizada) redunda en el interés general y en el bienestar de los ciudadanos y ciudadanas.


Desde luego en esta crisis no me cabe duda de que los ciudadanos “asustados” o desinformados han situado en el lugar idóneo a quienes, sin rubor, se disponen a seguir desmontando, ya empezaron, todo lo que para muchos fue un “pacto” no escrito en la Transición y que ahora están rompiendo ante la indiferencia de todos y todas. Me preocupa bastante esa impavidez ciudadana.

Por eso, creo que hay que transmitir a nuestros conciudadanos un mensaje de confianza en las políticas y la política. Como en todas las profesiones hay buenos, malos o regulares profesionales, por eso es importante informarse de una manera amplia y objetiva, desechando los fanatismos y las falsedades y buscando la verdad, por eso es necesario pensar y por eso hay que mantener el espíritu inquieto y observante, tal y como fue el de la Transición, para no volver más atrás de lo que ya nos están volviendo. Algo importante está en juego: el futuro de nuestr@s hij@s.