domingo, 22 de abril de 2012
Recuerdo
aquel día de campaña electoral de las pasadas Elecciones Municipales,
concretamente un debate de radio entre los tres candidatos que nos
presentábamos a la Alcaldía de nuestro pueblo.
Recuerdo
perfectamente cuando el, ahora Alcalde del PP, D. Gabriel González, hacía una
utilización de populismo tan atroz que vilipendiaba a los anteriores
gobernantes diciendo que “tenía que darnos vergüenza” del reparto del trabajo,
de los cursos de formación, de que Castellar no tenga residencia de ancianos,
de que no había nada para los jóvenes, de que tenían que salir del pueblo para
buscarse un futuro,… y de tantas y tantas cosas más. Esa misma “vergüenza” que
él mismo desplegaba por las ondas radiofónicas, dejando entrever a los
castellariegos y castellariegas que con él todo iba a cambiar. Empezaba a sonar
“el cambio”.
Sí, ese
mismo “cambio” con el que el PP ha conseguido la victoria en una parte
importante de la geografía nacional. Un “cambio” que ya se va transformando como
un proceso de fotosíntesis, que en lugar de transformarse en carbohidratos, se
va transformando en embustes malintencionados con una clara dosis de
partidismo.
Y es que
a Castellar también llegó el “tsunami del PP”, un “tsunami” celebrado durante
semanas, y que se ha visto reflejado como la realidad más palpable de
Tailandia, arrasando con todo y no dejando en pie absolutamente nada de lo que,
en campaña electoral, “predicaban” por doquier.
Ni cursos
de formación, ni nuevas medidas para jóvenes, ni para los mayores, ni ayudas a
autónomos, ni recortes de impuestos, ni residencias, … ni tantas y tantas cosas
de las que se les llenaba la boca por conseguir el único objetivo que buscaban.
Y no creo que fuera ese objetivo la Alcaldía solamente, sino ese poder para
conseguir los objetivos encubiertos que ya van saliendo a la luz.
¿Y el
empleo? En aquel debate, del que antes os he hablado, parecía que no iba a
faltar el trabajo a nadie. Gabriel González alardeaba de su “gran vergüenza” y
de la “falta de vergüenza” de todos los demás. Mi compromiso y el de mi
partido, en materia de empleo, fue claro: el Ayuntamiento no puede dar más
empleo que el que ofrecen sus posibilidades económicas y el que llega desde
otras administraciones. Pero sí nos comprometimos a repartir al máximo el que
se pudiera ofertar.
Hoy,
desgraciadamente, el fomento del empleo es todavía menor que el de la pasada
legislatura, incluyendo además el recorte del 50% de empleo eventual que el
propio Ayuntamiento oferte en los próximos 10 años, aprobado con los votos a
favor del PP. Los cursos de formación no llegan y el empleo se reparte entre
unos cuantos. Diez meses después de que llegara el PP a nuestro Ayuntamiento
podemos hablar de personas, algunas muy afines política y familiarmente, con
hasta cinco contratos y con una absoluta disparidad en el tiempo contratado con respecto a los demás ciudadanos y ciudadanas: 7
meses y medio, 6 meses y medio, 4 meses, 2 meses y medio, 2 meses,…, mientras
tanto otros ciudadanos y ciudadanas suplican una quincena.
No
Alcalde, no. Ese no fue “el cambio” que votaron los ciudadanos y ciudadanas de
Castellar. Nuestros errores los pagamos en las urnas, los suyos no les quepan
la menor duda que también pasarán el mismo examen, y que desde donde los
vecinos y vecinas de Castellar nos han puesto, es decir, desde la Oposición le
vamos a ir recordando esta serie de injustas medidas que tienen un claro
sentido electoralista. Pero claro, dirán: “Mientras tanto……..”
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