¿DE VERDAD TODOS LOS POLÍTICOS Y TODAS LAS FORMAS DE HACER POLÍTICA SON IGUALES?

sábado, 1 de diciembre de 2012


Mañana se cumplen 30 años del primer Gobierno Socialista en España, después de la transición. La era de Felipe González, por mucho que intenten ensuciarla, pasará a la historia por sus conquistas sociales como, por desgracia para España, no pasó ni pasará en otras etapas de gobiernos de derechas. He ahí una de las grandes diferencias entre el PSOE y el PP.

Aunque ahora somos conscientes de que todos los políticos estamos en el punto de mira, debo decir que ni todos los políticos somos iguales, ni todas las formas de hacer política tampoco. Y es que los ciudadanos nos ven como parte del problema. Al hilo de esto, uno de los Gobiernos Socialistas que más se ha criticado desde las corrientes conservadoras, con esa excusa que decían nunca iban a utilizar, como es la ya famosa “herencia recibida” y, también seguida desde algunos círculos de izquierdas, ha sido el Gobierno de Zapatero. Un Gobierno con defectos, con errores pero, también, con aciertos, con grandes aciertos, de los que muy pocos hablan. Y solamente me voy a referir a algunos de estos últimos:  la Ley de Matrimonio, la Ley del Aborto, la Ley de Divorcio y, por supuesto, la Ley de Dependencia, la cual considero que es la Ley más social y acertada de toda la historia de la Democracia, por cierto, actualmente con salvajes recortes  a Andalucía de más del 40% desde el Gobierno de Rajoy. Leyes que nos igualan a todos y que nos otorgan la libertad que nos arrebata otras leyes y  decretos-leyes que el PP se encargar de “cocinar” todos los viernes.

En estos momentos la política antisocial del PP está acabando, poco a poco, con todo lo que se ha ido construyendo entre todos, y me da la sensación de que en lugar de fijarnos en cómo vamos a quedar en muy poco tiempo, insistimos en seguir “lamiéndonos las heridas”, mirando hacia atrás y pensando en qué podríamos haber hecho. Mientras eso ocurre el PP sigue con su plan maquiavélico de desmontar el estado social que nos construimos en su día. Desde luego ese plan les está saliendo perfecto y utilizando una única excusa: la de cumplir el objetivo de déficit. Esa frase “tan moderna” y que al PP le parece que no es compatible con un estado social igual para todos y para todas.

Y mientras el PP sigue andando por su senda de recortes, hay otros partidos conservadores que esconden sus carencias políticas, sociales y económicas con hipotéticas Leyes de consultas populares independentistas, para tratar de dar legitimidad a sus ambiciones, que más parecen personales y de partido que de otra cosa. En fin, el mundo al revés, diría yo.

Sinceramente, estaría bien en pensar en “qué podríamos hacer” en lugar de “qué podríamos haber hecho”. Si la desafección a la política es una de las consecuencias de esta crisis, no podemos permitir que esa desafección siga en aumento, simple y llanamente porque sin política nadie podrá decidir, ni los políticos, ni tan siquiera quienes hoy todavía tenemos la libertad de decidir con nuestro voto, algo que también ofrece la política y que se encuentra en el “lado bueno” de la misma, en el lado de esa Democracia de todos y todas que nos permite ser más libres.

En definitiva, necesitamos más participación política, más transparencia política, más honestidad política, más acción política,… ¿por qué no empezamos por abrir la política a los más jóvenes? Sin duda, sería bueno para todos. ¿Por qué no comenzar a votar a los 16 años? Son edades en las que por su gran receptividad los jóvenes de este país podrían seguir las actividades políticas con mayor interés y acercarse a los problemas reales de la sociedad, donde se servirán de la política para intentar poner soluciones a los mismos. En la política está la solución y no el problema.

Como mínimo, bien merece la pena lanzar de nuevo esta idea con más fuerza que nunca y tratar de implicar a los y las jóvenes en su presente y en su futuro. No nos quejemos de la desafección por la política si no tomamos medidas como esta. En política casi siempre hay que anticiparse a los acontecimientos y hay que superarse día a día con imaginación y nuevas aportaciones democráticas. Por tanto no podemos dejar que una medida así se pueda pudrir entre papeles de algunos partidos…

Estoy seguro de que bajar la edad hasta los 16 años sería algo que podría mejorar nuestra Democracia y acercar la política a los más jóvenes. No hay nada que pruebe que un chico o chica de dieciocho es más maduro o madura que uno o una de dieciséis o diecisiete. A veces algunos de cuarenta o de más de cincuenta no alcanzan ni la madurez política y, por desgracia, ni la personal. En la política de nuestro pueblo tenemos claros ejemplos y no creo que ese sea un espejo en el que mirarnos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

De acuerdo estamos en que, igual que el PP, no:un poquitillito menos malos.Lo mismo que estaremos de acuerdo,supongo,en que el escándalo de los ERE en Andalucía,por citar uno de muchos,es una vergüenza y por tanto, tendrás que entender que mucha gente ya no os dé su voto.Han perdido la confianza en vosotros,después de lo demostrado en treinta años de poltrona (por eso no ganasteis las últimas elecciones andaluzas).

Pero lo verdaderamente importante, es que a estas alturas la sociedad es cada vez más consciente de que: lo que verdaderamente no funciona, es este sistema(capitalismo)el cual, vosotros apoyáis:lo único que queréis,en mi opinión,es pintar la fachada del cortijo.

Lo siento, pero vosotros no sois una alternativa de izquierdas,visto lo visto,en los tiempos que corren.