EL ACOSO A DETERMINADOS POLÍTICOS: LOS "ESCRACHES"

domingo, 14 de abril de 2013


Hoy los ciudadanos y ciudadanas nos sentimos impotentes ante situaciones inéditas y de una gravedad inusitada en nuestro país. Diariamente hay un buen número de manifestaciones en España que, según estamos viendo por los resultados, no tienen influencia alguna en  la vida política, social y económica del país. Por mucho ruido que se haga, todo parece resultarle indiferente al Gobierno actual. Es decir, nuestros representantes que han sido elegidos democráticamente, y que ahora dirigen nuestro país,  no  nos hacen ni caso.

Surgen, por tanto, iniciativas de todo tipo que chocan frontalmente con la cerrazón de un Gobierno alejado de la ciudadanía por completo. En base a esto ¿puede extrañarnos o hacernos rasgar las vestiduras el hecho de que determinados colectivos decidan pasar a otro tipo de acciones?

Esas acciones hasta ahora se concretan en increpaciones en público a determinados políticos, a los diputados desde las tribunas del Congreso y manifestaciones, totalmente pacíficas,  ante los domicilios de determinados políticos. Algunas de estas acciones, personalmente, no las comparto, pero mi pregunta es: ¿no resulta comprensible que los ciudadanos impotentes, ante tanto desmán político,  decidan realizar acciones que si bien no entran dentro de los cánones democráticos, tampoco lo estaría el hecho comprobado de que no se escuchen cuestiones básicas y elementales de sus vidas?

¿Nos hemos de extrañar que los españoles y españolas acudan a otras vías pacíficas para reivindicar sus derechos y protestar por lo que consideran no es justo ni se les dijo, ni advirtió antes de las últimas elecciones?

Es muy fácil para determinados políticos rasgarse las vestiduras, cuando se presenta una manifestación a la puerta de sus casas. Verdaderamente esto debería tener unos límites, entre los cuales el más importante sería el del respeto a la familia, aunque la familia sea un todo dentro de la individualidad de sus miembros, pero habría que saber distinguir.

Lo que cada vez tienen menos claro los juristas es que este tipo de “acoso” o “escrache” como le llaman en los medios, sea ilegal, pues se basa en elementales y básicos derechos como son el de reunión, manifestación y crítica.

Hacer lo que ya se está haciendo en Madrid e intentando hacer en otros lugares, como imposición de multas y expedientes gubernativos,  sería seguir dando pasos inciertos en el camino equivocado y tratar de poner una mordaza más a la ciudadanía que ya se siente bastante impotente de por sí ante determinados hechos. La represión policial y gubernativa no suele lograr el objetivo indicado, sino antes al contrario… hace brotar nuevas acciones y objetivos, que cada vez podrían ser más violentos. Se debería tener muy en cuenta.


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