jueves, 25 de abril de 2013
Cuando conocemos que el paro
bate un nuevo y nefasto récord, el Ministro Gallardón presenta en el Congreso
su reforma de la Ley del Aborto.
Siempre pensamos que este
hombre era un ultra dentro del PP. Sus disputas con la “lideresa” madrileña le
dieron, ante los ingenuos, un cariz más moderado, cuando no era cierto y lo
podíamos comprobar cada día por sus hechos en el Ayuntamiento y en la Comunidad
madrileña antes pero, sobre todo en su último destino político antes de saltar
al Gobierno. Hoy podemos asegurar que Gallardón ha jugado muy bien su papel de
“lobo con piel de cordero” que a algunos incautos engañó.
Cuando no hay ni un solo ruido
en nuestro país en contra de la Ley de interrupción del embarazo, excepción
hecha de la Iglesia, que creemos que nunca se ha presentado a las elecciones,
al menos directamente, este señor dice que “va a cumplir su programa electoral”
y claro esto ya produce hilaridad… Cuando no han cumplido un solo punto de su
programa, resulta que este si lo quieren cumplir. ¡Nos toman el pelo!
No importa lo que ocurre en
nuestro país, no importa la merma de derechos y libertades, la caótica
situación económica, el dramatismo del paro, no importa retroceder más de
treinta años (si ya lo hemos hecho en otras muchas cosas)… no, no importa, él
va a lo suyo, a crear un problema artificial donde ahora mismo no lo hay.
Pienso que el tema del aborto
es muy personal, es incluso un tema de conciencia, y el hecho de que haya una
ley avanzada no significa que todos aquellos que la creamos necesaria apoyásemos
en su momento, llegado el caso, la interrupción de una gestación.
Ante todo es una cuestión de la
mujer, de derechos de la mujer, pues la mujer es quien debe tener la capacidad
de elegir y el hombre solo puede opinar o aconsejar.
El que exista una Ley de
interrupción del embarazo no significa que todas las mujeres tengan que
acogerse a ella. El Estado debe regular los derechos de los ciudadanos y
ciudadanas que sin embargo no todos utilizarán. Como ocurre con la Ley de
Matrimonio.
La Iglesia oficial, la
jerarquía eclesiástica, no así las bases cristianas organizadas, piensa que
este es un tema beligerante en política. Pero insistimos, una cosa es la
religión y otra la política y el interés general…no se legisla para una
determinada confesión religiosa, aunque visto lo visto podríamos presenciar el
nombramiento del Ministro Rouco Varela en cualquier momento…
Por su interés en desmantelar
la Ley, cualquiera diría que algunos y algunas tienen acciones e intereses
financieros en agencias de viajes especializadas en “excursiones” a otros
países de Europa para abortar o en clínicas abortivas del extranjero. Lo peor
es que esto no todas las mujeres se lo pueden pagar. A las que les preocupa
esta Ley, sin embargo, podrían abonarlo sin duda y, de paso, también pueden
aprovechar para hacer algunas compras y volver como si tal cosa. Hasta la
próxima visita…
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