LA EX-COLEGIATA DE SANTIAGO (3ª Parte)

sábado, 26 de septiembre de 2009

Los años pueden con todo, el tiempo nos transforma y nos consume. Para la arquitectura también es su peor enemigo. Nuestra Iglesia Ex-Colegiata de Santiago, sobre todo en su parte Colegial, es un fiel reflejo de estos hechos y, lo peor de todo, es la falta de acuerdo y compromiso por parte de los órganos competentes para solucionar un problema que se va agudizando enormemente.

Atrás quedó el protocolo firmado por D. Antonio Robledo Morales y el Obispado de Jaén, en el cual el Ayuntamiento, claro está, flanqueado por la Administración Provincial y Regional, se hacía cargo de los costes de la reforma con el objetivo de situar en su seno el “Museo de la Memoria de Castellar”. Unos posteriores desacuerdos (me da igual por qué parte) provocaron la ruptura del protocolo.

Posteriormente, comenzó un arduo trabajo por parte de nuestro anterior párroco D. Miguel Ángel Jurado Arroyo, el cual en el año 2000 provocó la firma en Úbeda de un acuerdo entre el Obispado y la Casa Ducal de Medinaceli en el que se recogía la restauración de la Ex-Colegiata por cuenta de la Casa Ducal, acuerdo que, parece ser, tampoco llegó a fructificar.

No es nada fácil llegar a acuerdos si existe de por medio una gran cantidad de medios económicos, los cuales son indispensables para cumplir el objetivo de reformar nuestra Ex-Colegiata. Desde la Administración, ya sea local, provincial o regional, estos acuerdos se fundamentan en la posibilidad de gestionar parte de las instalaciones durante el tiempo estimado, ya que, como norma general, el dinero de los contribuyentes debe ser dirigido por y para los propios contribuyentes aumentando, además, la simplicidad de que la Administración no financia con dinero público un ente privado, sin conseguir beneficio público.

Lo que sí está claro es que existe preocupación por parte de la Administración Local, pero en su mano no está el acordar una reforma para posteriormente no garantizar una gestión en beneficio de los castellarieg@s.

Pero, con todo, los acuerdos se consiguen dialogando y acordando. Yo soy de los que piensan que todo tiene solución, así que ¿por qué no volver a intentarlo?... Creo, sinceramente que no estaría de más.

Láminas del libro "El Condado Monumental" por Juan Peña y Juan Hervás

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